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En el texto que llamé “¿Llegamos al futuro con la Web 3.0?” te expliqué los pros y los contras de la web 3.0 versus la web 1.0 y la web 2.0. En ese texto respondí esa pregunta y te conté la historia de los dominios web “tradicionales” y por qué considero yo que su centralización es una arma militar. Pero no te conté todo.
Ahora te quiero contar las tecnologías y compañías que están detrás de la web 3.0 y sus repercusiones en el futuro de la descentralización.
Todos se están subiendo al tren de la web 3.0. Todos hablan de la descentralización pero están equivocados, según el texto que Moxie Marlinspike tituló “My first impressions of web3", que es uno de los creadores de signal. Uno de los textos más realistas que he leído últimamente.
Y es que en el post Moxie nos habla de que creó un par de Dapps para comprobar todas las tecnologías necesarias para crear proyectos en la web 3.0 y lo que descubrió es revelador. Y aunque todos ya lo sabíamos (o quizá no), lo habíamos pasado por alto.
La primera es una plataforma que se llama “Autonomus Art” y genera un NFT que creas haciendo una aportación visual. Cada vez que alguien modifica el arte, recibe un token y el arte se actualiza para todos los demás poseedores de tokens.
La segunda crea derivados NFT, Un “derivado NFT” es un contrato inteligente de Ethereum que permite a cualquier persona acuñar su propio NFT que “rastrea” un NFT subyacente existente, similar a un derivado financiero tradicional que rastrea un producto o valor subyacente del mercado.
Y su conclusión técnica es:
No hay nada particularmente “distribuido” en las aplicaciones en sí mismas: son solo sitios web normales de reacción. La “distribución” se refiere a dónde vive el estado y la lógica/permisos para actualizar el estado: en la cadena de bloques en lugar de en una base de datos “centralizada”.
Regresemos a los inicio de internet un poco para entender el verdadero problema.
Internet fue concebido para la comunicación entre pares, es decir, de computadora a computadora o mejor dicho de servidor a servidor. En los inicios de internet cada persona, institución o empresa montaba un servidor propio y ahí desplegaba su correo electrónico, su página web. Y bastaba con tener una dirección IP para poder acceder a dichos servidores y acceder a la información en el. El internet nació descentralizado, eso es lo que se llama la web 1.0.
Por su puesto hacer eso significaba un reto intelectual y técnico que las personas comunes no hacían. Y aunque el conocimiento fue distribuido y accesible para todos la realidad es que los humanos somos perezosos para hacerlo, o simplemente no nos interesa.
Entonces comenzaron a surgir las primeras compañías que montaron enormes servidores donde las personas y empresas podían desplegar proyectos más fácilmente. Entonces comenzó la web 2.0.
Pero con los años estas empresas se convirtieron en los monstruos que hoy son. Y entonces blockchain dio una luz de esperanza a los que creemos que la descentralización es lo mejor que le puede pasar al mundo. Pero hay un pequeño problema, la web 3.0 no está naciendo descentralizada, sólo está cambiando de manos.
En teoría blockchain no es controlado por nadie ¿verdad? ¡Falso!
Hay dos empresas que controlan casi todas las dApps. Sin estas compañías sería casi imposible desplegar un proyecto en la web 3.0 e interactuar con blockchain, estas empresas son Infura y Alchemy.
Incluso cuando conectas alguna wallet como metamask a una web 3.0 o una dApp, Metamask hace peticiones a Infura. Estas API’s de clientes (metamask por ejemplo) no utilizan nada para verificar el estado de la cadena de bloques o la autenticidad de las respuestas. Los resultados ni siquiera están firmados. Una dApp dice “oye, ¿Cuál es el resultado de esta función de vista en este contrato inteligente?” Alchemy o Infura responden con un blob JSON que dice “este es el resultado” y la aplicación (metamask por ejemplo) lo procesa.
Entonces… Si la web 3.0 en teoría busca la descentralización para proteger la privacidad de los datos de los usuarios de empresas como google o microsoft. ¿Por qué estas compañías pueden ver todo, todo lo que se escribe en los smart contracts y en todas las peticiones que se hacen a través de las dApps?
Analicemos otras compañías como Ethereum de Vitalik Buferin, ese sujeto al que todos aman y todos ven como genio, pero que nadie recuerda cuando se subió a un escenario en una convención de bitcoin a vender una estafa. ¡Ah! pero esa es otra historia que quizá en otro momento te voy a contar. La compañía de él desarrolló el lenguaje de programación donde se escriben la mayoría de los contratos inteligentes “Solidity” ¿Y qué me dices de “Etherscan”? la plataforma donde está toda la información de la blockchain, ¿Y donde dejamos a “Opensea”? la plataforma con el mercado más grande de NFT’s.
Podemos seguir profundizando en cada una de esas compañías, pero lo cierto es que la historia se repite nuevamente, la web 3.0 estará pensada centralizada, pero la web 4.0 dominará pronto y estará centralizada.
Para finalizar el texto de hoy sólo puedo decir que… La web 3.0 no nació descentralizada, sólo está cambiando de manos.
Geo!
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